Hace 30 años atrás les tocó a Margarita y Marco hacerse cargo de un campo familiar de 400 hectáreas, próximo a la costa de Tres Arroyos, que venía de dos generaciones. Comenzaron con siembra directa pero rápidamente notaron que se perdía la calidad del suelo, biodiversidad, y se acumulaban biocidas en el agua y en la tierra; fue entonces que decidieron dar un cambio drástico a sus métodos y comenzaron a hacerlo con un cultivo agroecológico, que actualmente comercializa harinas, pastas y productos de granja en armonía con la naturaleza.
Para ello, dejaron de utilizar insumos como pesticidas y productos químicos, optando por combinar cultivos tradicionales como avena, cebada, trigo pan y trigo candeal (que se expandió desde Tres Arroyos hacia el resto del país hace más de un siglo) con cultivos no convencionales. , y dándole un papel central a la interacción con animales. Ampliaron la superficie destinada a la ganadería y sumaron ovejas y gallinas de pastoreo.
Así surgió Argelanda, un proyecto ubicado en los campos de Claromecó, resultado de la unión de una familia argentino-holandesa. Margarita Tourn y Marco Van Strien son actualmente los responsables de producir alimentos agroecológicos
“Llevo 20 años viviendo en la zona, desde que me casé con Marco, que es agricultor y ganadero. Hace unos tres años, comencé mi propio emprendimiento como productora, ya que antes era bibliotecaria y profesora de arte en Claromecó. Ahora, añado valor a los cereales agroecológicos que mi esposo cultiva en Argelanda, donde vivimos. No usamos fertilizantes, insecticidas ni pesticidas. Producimos en armonía con la naturaleza, observando sus procesos y participando en ellos con nuestras acciones”, detalla.
Producción resilente
“Esto hace que la producción en el campo sea resiliente, regenerando la vida del suelo, y el resultado final es un alimento realmente saludable. Mi objetivo es llevar esos granos tan cuidadosamente cultivados directamente del campo a la mesa de los vecinos en forma de harinas y pastas”, explica
En Argelanda no solo producen alimentos saludables, sino que también organizan encuentros con otros productores y técnicos, y reciben visitas de escuelas y universidades. “Hemos logrado una sustentabilidad económica trabajando de manera artesanal. Comenzamos con la producción de harinas integrales de cereales como trigo, centeno, triticale, y también de arvejas y sarraceno.
Visitas guiadas
El espacio está abierto, especialmente en verano, para quienes deseen reconectarse con el origen de sus alimentos y conocer este proyecto, para lo cual, esta pareja de agricultores, ofrecen visitas guiadas, meriendas al aire libre, y momentos agradables que se convierten en experiencias significativas para aquellos que no suelen tener la oportunidad de conectarse con esta forma de vida.
“Es sencillo, es abrir las puertas para que la gente pueda reencontrarse con algo de lo que nos hemos alejado mucho como sociedad: el origen de lo que comemos”, comenta la productora.
Margarita, además de las harinas, elabora pastas de trigo candeal. Le ha ido muy bien y ya está vendiendo fuera del Partido de Tres Arroyos. “El candeal es un trigo especial para pastas que fue introducido en esta zona, al Partido de Tres Arroyos, hace más de cien años, y luego se expandió por todo el país.
Lugar adecuado
“Este sigue siendo un lugar muy adecuado para la producción del candeal. Nosotros lo sembramos junto con arvejas, que fijan el nitrógeno necesario para el crecimiento. Luego, separamos los cultivos en la cosecha, hago harina o sémolín y, con eso y agua, preparamos las pastas”, cuenta Margarita.
Sobre los productos que cultivan, son 100% integrales, 100% de trigo candeal, y las fabrican en diferentes formatos. Haga una pasta similar al tirabuzón, espaguetis y una cinta argentina ancha. Los moldes que usamos son de bronce, lo que les da un aspecto rústico.
“En Buenos Aires, uno de los lugares donde se pueden probar estas pastas es la Cooperativa Biodinámica La Choza, que tiene un tambo biodinámico y productos de excelente calidad. Nos agrada que ellos distribuyan nuestros productos, ya que compartimos la misma filosofía de llevar realmente la fuerza de la naturaleza.
Alimentación sana
La búsqueda de una alimentación sana es una realidad, y ya existen muchos emprendimientos dedicados a cultivar de manera agroecológica. “Todo lo que comemos y vestimos proviene de la naturaleza. Sentimos que nuestra contribución para una sociedad mejor es ofrecer alimentos saludables
“Creemos que quienes trabajan la tierra aprenden lo que realmente se necesita, y estamos convencidos de que si continuamos este proceso, mejoraremos nuestra salud física, mental y espiritual”, (InfoGEI)