Una experta en derechos humanos insta a eliminar la información sensible obtenida durante el COVID-19 si han perdido el propósito para el que fueron procesados. Muy pocos países tienen mecanismos transparentes para verificar la eliminación o para hacer anónimos los datos personales.

 

Con motivo de la pandemia de COVID-19 se recolectaron datos de millones de personas de todos los países del mundo con la finalidad de combatir la enfermedad y su transmisión.

La relatora especial sobre el derecho a la privacidad llamó a no permitir que dicha información transgreda esa garantía. 

En un informe sobre el tema, Ana Brian Nougrères subrayó que las regulaciones nacionales e internacionales sobre tratamiento de datos personales incluyen principios de su eliminación de las bases de datos una vez cumplida su finalidad, y cuestionó qué pasará con la información de millones de personas recolectada durante los años de pandemia.

Según esos principios, los Estados deben examinar las cuestiones relacionadas con los datos personales recopilados y procesados por las autoridades públicas durante el COVID-19 y eliminarlos de conformidad con los derechos humanos, incluido el derecho a la intimidad.